Si te encuentras cansado, para y descansa tu Mirada dame tu mano y caminemos al mundo donde todo suspira.
Sentado me encuentro,
debajo de un centenario eucaliptus,
uno que siempre adorna los ayeres
mismos que palpitan en piñatas nuevas
que celebran en la quiebra,
viejas historias pintadas en la sonrisa
que de los nietos brota así,
como la alegría de chupados caramelos.
Un viento llego del sur
visitándome sin saber yo,
que estos aires conocían la residencia
del entusiasmo de mi existencia.
Desde donde apareces soplando,
según veo vienes de tierras del sur.
Llegas esta vez sin tu desnudes
derivada de delicias y delirios?
Hoy dejare el eco de mi viaje en ti,
uno que también trae el canto de ruiseñores
viviendo en balcones que agobian amores.
Sigue en la lentitud de tu vuelo,
y cuando de regreso al sur vallas
déjame salir de viaje contigo,
llévame a Santa María Milpas Altas,
será el lugar donde aprenda el canto
que entonan curuchiches al criollo día,
como un regalo al silencio que adorna Guatemala.
Ahí llegare cantando lagrimas y delicias,
sosteniendo la humildad del terciopelo
que adorne la figura que una hembra destella,
ahí en el mismo foro de los ruiseñores.
Mi canto será la sacudida de espinas.
Mi canto será la amapola que germine
el mismo encanto de los besos.
Un simple curuchiche con ropa de infancia,
un canto que nace del verde de las hojas,
y de aquel silencio acostumbrado
como un niño en tu mirada.
Voy a bañarle sus ojos,
con brizas que traiga de Cebol
vergel donde los cafetos lavan sus hojas,
ante el humilde canto de pájaros viajeros
que adornan los silencios de Cobán.
Desde San Pedro de Carcha,
mi canto a tu ventana llegara.
Llegare como un vuelo de seda,
que aposento en tus manos busque.
Llegare sin frio ni melancolía
adornandote como nube frágil, desnuda.
Abre entonces cada umbral de tu ventana,
que cuando el viento a tu costado sople
estaré llegando en el fulgor de un galope,
que arrastre el canto de pájaros contentos.
Estaré siendo el curuchiche el que solo cante
la verdad inmóvil que con y sin luz alumbraran,
túneles que llegan al pueblo de tus besos.
Negor Len
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on sábado, septiembre 06, 2008
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Son mis poemas
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