Si te encuentras cansado, para y descansa tu Mirada dame tu mano y caminemos al mundo donde todo suspira.
Sabes Que Quiero?
Bosques de arboles que no discriminan palmeras.
Descanso mi cuerpo en ese viento que viene tus sueños.
Quiero dejar que mi mente se bañe en el rio.
Quiero dejar que mis ojos conozcan el rostro de la copa
y el silencio que durmió en besos tus ojos.
Un amor empieza a absorberme,
en la soledad que la distancia acaricia.
Una mujer perfume de dedos,
sentada le veo entre violetas:
como pájaro devorando la luz de las memorias.
La soledad del tiempo,
me encamina al pasado;
miro el espacio y encuentro un árbol,
mariposas lo besan, como borrando el olvido
o unos rayos de sol que viajando vienen.
Acá estoy en el descanso,
como pino, como sauce llorón
en momentos que las hojas no se mueven.
Estoy recordado la música de los topacios,
que se inspiran en tus besos alegres.
Eres como un navío transparente,
mujer que emerges;
de los pálpitos desnudos del viento.
Te amo lo se,
porque tu romance creció en las flores.
Te amo lo se,
porque tus raíces forman aposentos de descanso.
Te adoro lo se,
porque en el aire eres, la agricultura del aliento
y tus labios la humedad de los limones.
Me siento la noche,
esa que de la obscuridad formo su manto
y en la tiniebla toco tu pecho.
Soy el que la luz de tu sexo
riega en la primavera de pétalos y flores.
Así: solo siento lo inmóvil de los minutos.
Veo que habitan el perfume de la frutas,
que es regalo de tu noche.
Digo entonces en mi partida,
si puedo viajar en tus piernas de esperanza.
Tú y yo seremos un juego de iguanas.
Tu y yo seremos el escape de las marimbas.
Tú y yo seremos el beso,
que desde la piedad del agua,
humedezcan el amor que duerme en el silencio de las palmeras.
Negor Len
Bosques de arboles que no discriminan palmeras.
Descanso mi cuerpo en ese viento que viene tus sueños.
Quiero dejar que mi mente se bañe en el rio.
Quiero dejar que mis ojos conozcan el rostro de la copa
y el silencio que durmió en besos tus ojos.
Un amor empieza a absorberme,
en la soledad que la distancia acaricia.
Una mujer perfume de dedos,
sentada le veo entre violetas:
como pájaro devorando la luz de las memorias.
La soledad del tiempo,
me encamina al pasado;
miro el espacio y encuentro un árbol,
mariposas lo besan, como borrando el olvido
o unos rayos de sol que viajando vienen.
Acá estoy en el descanso,
como pino, como sauce llorón
en momentos que las hojas no se mueven.
Estoy recordado la música de los topacios,
que se inspiran en tus besos alegres.
Eres como un navío transparente,
mujer que emerges;
de los pálpitos desnudos del viento.
Te amo lo se,
porque tu romance creció en las flores.
Te amo lo se,
porque tus raíces forman aposentos de descanso.
Te adoro lo se,
porque en el aire eres, la agricultura del aliento
y tus labios la humedad de los limones.
Me siento la noche,
esa que de la obscuridad formo su manto
y en la tiniebla toco tu pecho.
Soy el que la luz de tu sexo
riega en la primavera de pétalos y flores.
Así: solo siento lo inmóvil de los minutos.
Veo que habitan el perfume de la frutas,
que es regalo de tu noche.
Digo entonces en mi partida,
si puedo viajar en tus piernas de esperanza.
Tú y yo seremos un juego de iguanas.
Tu y yo seremos el escape de las marimbas.
Tú y yo seremos el beso,
que desde la piedad del agua,
humedezcan el amor que duerme en el silencio de las palmeras.
Negor Len
